Día a día,su uso constante hace que esta articulación se vaya soltando ada vez más, se va desgastando de forma anómala y puede volverse artrítica.
A pesar de ser una una enfermedad genética, la DC puede verse influida por diversos condicionantes medioambientales. Estos condicionantes actúan durante la fase de crecimiento del esqueleto y pueden acentuar o disminuir las manifestaciones externas que corresponden a la displasia. Los que cabría destacar son:
Resumiendo,debemos observar desde que són cachorros si el alojamiento es el adecuado,si hace ejercicio y una buena alimentación.
Cómo saber si tu perro padece tal enfermedad
La DC puede parecer algo muy doloroso para nuestra mascota,pero es un dolor puntual y agudo, por lo que puede pasar a ser una molestia crónica sin que nuestro perro manifieste síntomas clínicos. Por ello, lo que nos tiene que hacer sospechar es si vemos alterada su marcha y sus hábitos. Si apreciamos que:
*Camina de manera rara.
*Tiene problemas para ponerse en posición de acostarse.
*Brinca en lugar de correr.
*Siempre se sienta con ambas patas juntas a un solo lado del cuerpo.
Pero para dejarse de sospechas,lo mejor será que pase por un exámen de Rayos X que verificarán si padece o no dicha enfermedad.
Si no hacemos nada al respecto, a medida que nuestro perro madure puede que se adapte bien a la vida con una cadera mala, pero en unos pocos años desarrollará artritis y puede llegar a convertirse en un discapacitado.
Algunos consejos
*Ya que la DC es hereditaria,asegúrese de no adquirir un perro con padres o otros perros de su árbol genealógico no la presenten/presentado.
*Si su perro la posee,no le deje tener descendencia
*Ante cualquier sospecha de indicios de tal enfermedad que parezca en su mascota,consulte inmediantamente al veterinario
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A continuación os muestro unas fotos,la 1ª muestra un ejemplar sin DC, la 2ª en cambio la posee.La 3ª y la 4ª són dos distintas soluciones.
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